El Centro Loyola Ayacucho, en estrecha colaboración con jóvenes activistas de Derechos Humanos, estuvieron presentes en la restitución de los restos óseos de 31 víctimas del conflicto armado interno que asoló nuestro país entre 1980 y 2000. Este emotivo evento representó un paso vital en el proceso de reconciliación y justicia para las familias afectadas.
Durante la conmovedora ceremonia, los jóvenes activistas desempeñaron un papel fundamental, proporcionando apoyo psicoemocional a las familias en duelo. Basándose en la escucha comprensiva y la empatía, se convirtieron en un soporte esencial en este doloroso proceso. Su presencia solidaria representó un acto de apoyo y solidaridad en un momento de profundo sufrimiento.
La Ceremonia tuvo lugar en la Basílica Catedral de Ayacucho y fue supervisada por el Ministerio Público. Contó con la participación activa de organizaciones comprometidas con los Derechos Humanos, como COMISEDH, ANFASEP, APRODEH, la Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad, la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD), la Delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja, la Defensoría del Pueblo, la Dirección Regional de Salud Ayacucho, entre otros.
Es importante destacar que la entrega oficial de los restos óseos a sus respectivas familias se centró en los casos de Huarcatán, Iquicha, Llusita, Oronccoy, Chinchibamba y Andamarca, la mayoría de los cuales sufrieron violencia perpetrada por agentes estatales. Este acto simboliza el compromiso de la sociedad y las instituciones por hacer justicia y honrar la memoria de las víctimas de un pasado doloroso, allanando el camino hacia un futuro más inclusivo y pacífico.